Carta de Derrota


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domingo, 10 de noviembre de 2013

DE MOTRIL A BARBATE PASANDO POR EL ESTRECHO


Habiendo repostado en Motril en previsión de que los vientos fueran flojitos y tuviésemos que ir a motor, zarpamos con rumbo al estrecho con buena mar y a rumbo directo.Se preveía una navegación placentera pero transcurrido no más de una hora comenzó a sonar intermitentemente la alarma de fallo de carga del alternador; como era un problema que ya había tenido en otra ocasión llevaba otro alternador de repuesto y solo tenia que cambiarlo. Puesto manos a la obra, pusimos el barco al pairo y allá que me meto en el arcón del motor dispuesto a sustituir el alternador, desmonto el que estaba instalado y me doy cuenta que el problema podría no venir del alternador sino del soporte que se había roto, muy posiblemente al trabajar forzado ya que recuerdo que la ultima vez que toqué por allí le di un fuerte apretón. El problema era mayúsculo porque ese repuesto nadie prevé, de modo que improvisé una solución montando el mismo alternador y comprobamos que la alarma dejaba de sonar y cargaba  por encima de los 25 amperios. Como solución provisional valía, pero era arriesgado iniciar una derrota como la que teníamos prevista con una solución provisional, así que vuelta encontrada y nos dirigimos nuevamente hacia Motril donde avisamos del problema y si tenían la posibilidad de avisar a un mecánico dado que eran cerca de las 14 horas y en sábado, temíamos que tuviésemos que pasar allí el fin de semana si no podíamos solucionar la avería ese mismo día.

20131109_110251[1]En el puerto nos indicaron un atraque de cortesía mientras el marinero nos informaba que no habían podido encontrar a nadie a esa hora pero que si el problema no era muy grave el se ofrecía a ayudarnos. Fue cuestión de desmontar otra vez el alternador, sacar el soporte y marcharnos con el marinero al taller del Club Náutico donde soldamos el soporte y una vez montado quedó solucionado el problema. Tenemos que agradecer al Club Náutico de Motril y al marinero las facilidades que nos dieron y que además no quisieron pasarnos ningún cargo por el servicio.

Pusimos rumbo directo al estrecho, a motor hasta la puesta de sol que entró una ligera brisa de tierra y mantenía alegre al Jafam. Con la entrada del nuevo día el viento terral subió hasta los 19 nudos que empujaron al Jafam a alcanzar hasta los 6,7 nudos casi planeando en una mar llana y lejos de trafico marítimo.

Peñon[1]Con la salida del Sol distinguimos perfectamente las columnas de Hércules y aproximándonos al peñón dejamos constancia fotográfica de nuestra presencia. La bahía de Algeciras la cruzamos entre tráfico de ferrys y mercantes y el estrecho lo enfilamos con la bajamar en Gibraltar. Ese cambio de marea produce una importantes turbulencias en el estrecho, son remolinos agitándose como pequeñas olas rompientes y en todas direcciones y lugares, como millones de barreños agitándose a la vez, que frenan al barco de tal manera que en algunos momentos llegó a detener su avance, había que caer a estribor aproximándose a la costa para evitar esas turbulencias. Resultó curioso ver como varios veleros hacíamos la misma maniobra y después marchar en caravana hasta ocho barcos en el mismo rumbo y derrota manteniendo prácticamente esta situación casi hasta la altura de Tarifa. Mientras pegados a la costa los lugareños se dedicaban a practicas el arte de la pesca en una franja costera prácticamente en calma.
Tarifa[1]
Alcanzando Tarifa comienza la diáspora, cada barco opta por su derrota, nosotros nos dirigimos hacia Bárbate con donde pensamos pasar la noche, por la mañana repostar y enfrentarnos con el la mar océana

1 comentario:

  1. Qué bien. El estrecho debe ser un reto o por lo menos un momento solemne para los navegantes que vienen de lejos.
    En la foto TS parece que está con una soga al cuello, què ha passat!

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