Esté previsto partir de Rodney Bay
el martes; el lunes lo hemos dedicado a recorrer la costa occidental de la
isla, hasta Soufrière, donde se encuentra el principal atractivo turístico de
la isla: los Pitons. Finalmente hemos decidido hacer el recorrido con taxi y ha
sido un acierto no sólo por la amabilidad del conductor que nos ha facilitado
todo tipo de información sino también por el estado de las carreteras, la
circulación por la izquierda y la falta absoluta de indicaciones.
En primer lugar hemos cruzado la
capital (Castries), en cuyo puerto estaban atracados un par de monstruosos
cruceros. Hemos visto plantaciones de plátano (el principal valor económico de
la isla junto con el turismo), hemos visitado pequeños pueblos pesqueros (Anse
Raie y Canaries, curioso nombre) y después de atravesar la plurisilva con
helechos gigantescos, hemos llegado a Soufrière, con la visita a su volcán (con
una boca de 12 km de diámetro y con constantes emanaciones de gas sulfuroso).
La comida, en el restaurante Petit Peak al pie de uno de los pitones, ha sido
muy agradable, degustando comida criolla. Sobre las seis de la tarde volvíamos
a estar en el puerto, después de fotografiar la hermosa bahía de Marigod.
Esta visita “terrestre” nos ha
permitido una perspectiva distinta del viaje “marítimo” que iniciamos mañana,
con destino también a Soufrière. No obstante, las comunicaciones por internet
serán cada vez más difíciles y haremos todo lo posible por no privar a nuestros
seguidores de la crónica puntual de nuestra aventura.
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