El trayecto entre Rodney Bay y
Marigot apenas duró unas tres horas y fuimos bordeando la costa, una costa
bastante artificializada por las instalaciones turísticas. Cruzamos el puerto
de la capital Castries (con un aeropuerto en el centro de la ciudad, junto al
cementerio!). La bahía de Marigot es espectacular, rodeada de selva y de
formaciones de manglar, con escasas instalaciones turísticas y es lugar de
visita de yates de gran porte. Hay numerosos “bush man” dedicados a fijarte a
la boya y a venderte todo tipo de cosas por lo que hay que estar preparado para
negarte a casi todo. Por la noche desembarcamos con nuestra flamante “dingui” y
fuimos a comer la primera langosta caribeña al Chateau Myngo, con música en
directo; ne pas mal!.
En teoría estamos en la estación
seca pero toda nuestra estancia en Marigot fue pasada por agua, con frecuentes
chubascos que ya nos dejaban indiferentes. Será el cambio cliimático?.
Ah, y he caído en la tentación de
poner una fotografía del autor de la crónica...
Terenci te he pasado un mensaje al móvil, necesito saber si puedes recibir correos electrónicos a tu correo.
ResponderEliminarSólo dime si o no, un beso y recuerdos para todos