Carta de Derrota


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domingo, 3 de agosto de 2014

DOS MESES Y FINAL DEL BLOG


Justo hoy se cumplen los dos meses del accidente del Jafam en su viaje a Azores.  En estas semanas regresamos a Saint Martin, hicimos los trámites y preparamos el barco para una larga estancia en varadero, regresamos a casa, nos reencontramos con la familia.
Ha llegado el momento de poner una última entrada a este blog,  creado para contar nuestra aventura de cruzar el Atlántico al que llamamos "El Gran Salto" y que no acabará definitivamente hasta que sepamos qué pasa con el barco y la tripulación. Cuando haya nuevas noticias las daremos para nuestros seguidores y amigos pero hemos pensado que una buena manera de cerrar (temporalmente) el blog es una breve reflexión, a modo de resumen de lo que ha supuesto la aventura desde el día 1 de noviembre, momento en que el  Jafam inició su derrota hacia las Canarias

Cruzar el Atlántico en un velero de doce metros es un reto muy importante para cualquier tripulación, tanto desde el punto de vista físico,  mental y emocional, especialmente cuando la tripulación es sexagenaria.
La buena preparación del barco y del material es fundamental aunque no garantiza la ausencia de averías ni roturas, por lo que hay que estar preparado para cualquier eventualidad.
En nuestro caso, aparte de la pérdida del mástil, sufrimos otras averías en el sistema eléctrico con la generación de energía, en las comunicaciones y en el piloto automático. Pero la gran mayoría de los barcos que enlazaban a través de la Rueda de los Navegantes sufrieron también averías importantes, a pesar de ser veleros más modernos y de mayor eslora como el Bulcanier, un velero de 21 metros vencedor de la Sydney Howard que se fué a pique en mitad del Atlántico por una vía de agua El cruce es pues exigente con los que se atreven a cuestionar su superioridad y castiga los materiales.

La labor de Rafael del Castillo, con su Rueda de los Navegantes, hecha desde el voluntariado, suple las graves deficiencias de los organismos oficiales españoles en relación a quienes cruzamos el Atlántico. El valor de poder escuchar a las 23 UTC, todas las noches, una voz amiga con la previsión meteorológica para los próximos días y sus consejos ante cualquier adversidad, sólo está en condiciones de reconocerlo quien ha sido usuario de esta labor altruista. Si además, como fue nuestro
caso, sufres un grave accidente, saber que alguien te va a ayudar poniendo todo su esfuerzo para que recibas ayuda desde la distancia es impagable, como en el referido hundimiento del Bulcanier antes de que el barco se hundiese, hizo que un crucero desviase su ruta para recoger a los náufragos.

Los modelos de previsión meteorológica son aproximaciones a la realidad, según nuestra experiencia siempre infravaloradas: el viento real ha sido constantemente superior al previsto. Tampoco las situaciones sinópicas se cumplen con precisión: en nuestro cruce tuvimos mucho más viento y más chubascos de los previstos para la época que lo hicimos. Por tanto has de preparar el animo para que no te afecte anímicamente y preparar el barco para que no te sorprenda -si es posible- una ola traicionera que te ponga el barco por bao.
Navegar por el Caribe y las Pequeñas Antillas  es cualquier cosa menos fácil, especialmente los pasos


de los canales entre islas. En estos canales confluyen corrientes y mareas intensas con cambios de vientos producidos por la oro-grafía de las islas, volcánicas y con picos que superan los mil metros de altitud. Hicimos más de una docena de estos pasos y el de Dominica a Guadalupe fue especialmente complicado.

Las sensaciones y recuerdos que nos llevamos de todas las islas visitadas son personales y probablemente no coincidiríamos en todo. En las islas no europeas hay una fuerte presión sobre el turismo náutico por parte de la población local para obtener algunos dólares y ello hace antipáticas las operaciones de fondeo, aparte de otras picarescas de mayor calado como las que sufrimos en Sant Vincent y Canouan. No obstante, por citar algunos lugares visitados en que estamos de acuerdo que son espectaculares: The Pitons en Sta. Lucia, la isla Bequia en su conjunto, Blue Lagoon en Saint Vincent, los cayos de Grenadines, Deshaies en Guadalupe, Saint Pierre en Martinica.

La convivencia de la tripulación en un espacio tan reducido como un velero de 12 metros es un elemento fundamental que marca la diferencia entre el éxito y el fracaso. Las guardias, la comida, el aseo personal, el orden, la limpieza, la implicación en las maniobras, las reacciones ante el peligro, los descansos, etc…son situaciones de prueba constante, que en nuestro caso se resolvieron de manera satisfactoria, siempre bajo la autoridad y la responsabilidad del patrón. Probablemente la convivencia sea más difícil en tierra que en el mar, donde el trabajo y el peligro dan suficiente ocupación.
El accidente que nos ha impedido completar el viaje, primero hasta Azores y después hasta Barbate es evidente que nos ha afectado anímicamente, especialmente al Armador que es quien más tiempo llevaba preparando el viaje y más ilusión le había puesto en la aventura. No obstante, lo sucedido era una posibilidad que formaba parte de la misma y estamos contentos de no haber sufrido daños personales y de la reacción que toda la tripulación tuvo en los momentos más difíciles. La solidaridad de otros navegantes y la ayuda de Rafael del Castillo son otras experiencias positivas de la situación vivida. En los navegantes de altura se practica con gran eficacia la solidaridad y eso contrarresta la soledad en momentos de dificultad.
En resumen, el Gran Salto ha sido un reto importante que algunos hemos experimentado en la fase otoñal de nuestra vida pero que ha sido un sueño largamente perseguido. Hemos vivido, a lo largo de siete meses, situaciones y aventuras que siempre nos acompañarán. Nada de esto hubiera sido posible sin nuestra determinación, sin poder disponer del tiempo necesario para hacerlo y sin el apoyo de nuestras familias, que probablemente han sufrido lo que no nos cuentan. Seguro que hay otras aventuras náuticas más importantes, más complejas y más dignas de ser admiradas, pero el GRAN SALTO ha sido la nuestra y la hemos contado en este blog de la manera más fiel posible.

Y ahora???

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